viernes, 6 de mayo de 2016

Erizo europeo o Erinaceus europaeus


¿Cómo es?

Los erizos son inconfundibles, con los pelos de la espalda convertidos en púas endurecidas. El erizo europeo o común es el insectívoro más grande del país, ya que a menudo sobrepasa el kilo de peso. Unos músculos de la piel le permiten enroscar su cuerpo escondiendo el vientre, las patas y la cabeza, de manera que cuando se siente amenazado se puede convertir en una auténtica bola de pinchos. Los erizos pueden pasar mucho rato en esta posición hasta que están seguros de que ya no hay ningún peligro inmediato.

Erizo europeo o Erinaceus europaeus

 ¿Cómo vive?

 El erizo es un animal lento y tímido que se activa al atardecer. Lo encontraremos a menudo en setos y cultivos cerca de zonas habitadas. No es animal de grandes comilonas, sino todo lo contrario: es un gran colaborador de los campesinos, ya que pasa la noche picando insectos, caracoles y gusanos. A veces, roe la fruta caída de los árboles o se encarniza en alguna carroña. Los erizos suelen criar una vez al año, en primavera, y tienen tres o cuatro pequeños que nacen ciegos, desnudos y con las púas blandas de color claro. Al cabo de dos semanas ya abren los ojos. Entonces, poco a poco, se les empiezan a endurecer las púas, y a finales de verano ya son independientes. En otoño buscan un escondite abrigado para pasar el invierno bien aletargados. Si nadie les molesta, no saldrán de su madriguera hasta bien entrada la primavera. Entonces se dan prisa en buscar comida para recuperar el peso que han perdido durante la hibernación.

Especies semejantes

El erizo moruno es casi idéntico, pero más blanquecino, con las orejas más grandes y el morro más cortó.

lunes, 18 de abril de 2016

El Pastor alemán



pastor aleman
El origen del pastor alemán debe buscarse entre los perros utilizados en Alemania para la guarda y protección de los rebaños de carneros contra los lobos. En el año 1880, algunos criadores comenzaron una selección sistemática y crearon en Stuttgart, el 22 de abril de 1899, la asociación de amigos del pastor alemán (Verein für Deutsche Schaferhunde). La selección buscó en primer lugar las cualidades y no solamente una mejora del aspecto exterior. De este modo, el pastor alemán se ha convertido en un perro utilizado de forma polivalente. Hoy en día, se le utiliza sobre todo como perro guardián, perro policía, sabueso, perro sanitario y perro de salvamento en la búsqueda de desaparecidos en aludes, es desde luego una de las razas más empleadas como perro guía de invidentes. De un carácter flexible, se deja amaestrar fácilmente, tiene un temperamento vivo pero sólo acepta un amo.

El pastor alemán más común tiene un pelaje que se puede calificar de pelaje doble, aunque existen otros de pelo duro y largo cuyos diferentes pelos no están distribuidos por igual y en capas continuas por todo el cuerpo. Detrás de las orejas, en el interior de la parte trasera de las patas delanteras y en la región lumbar, el pelo es bastante más largo que en los costados. El pastor alemán que tiene el pelo largo y duro no es tan resistente a la intemperie como la variedad de pelo corto, pero si presenta una capa de pelo de lana lo suficientemente espesa, su cría está autorizada. El tercer tipo es el pastor alemán de pelo largo, la mayor parte de las veces sin la capa de pelo de lima, y en esta clase el pelaje cae a dos aguas con una raya sobre el lomo. No sirve para la cría selectiva.

Talla: macho 60-66 cm, hembra 55-61, el peso no está indicado en los estándares. La relación entre altura y longitud del cuerpo debe ser de 9:10 (el cuerpo no es, pues, cuadrado); las características de la raza deben ser claras. Colores: negro, gris acero, gris ceniza, lobo, amarillo rojizo o marrón rojizo, un único color o con marcas regularmente marrones, amarillas y grises blanquecinas. Se acepta la silla negra. En los perros negros, la capa inferior es negra; en los otros, es un poco más clara que el pelo de cobertura. Se admiten pequeñas manchas blancas sobre pecho. El color definitivo de los cachorros no puede determinarse hasta después del desarrollo del pelo de cobertura.

En los miembros posteriores aparece, a veces, por atavismo, un quinto dedo que se denomina espolón. Hay que quitarlo nada más nacer porque por este lugar el perro suele sangrar con bastante frecuencia.

viernes, 8 de abril de 2016

Pato colorado o Netta rufina



Pato colorado o Netta rufina
Longitud: 53-57 cm

Envergadura: 85-90 cm

Peso: 1.100 g (machos); 960 g (hembras)

Periodo de cría: abril a agosto

Puesta: 8-10 huevos

Incubación: 26-28 días

Vuelo: 45-50 días

Tras el ubicuo azulón, uno de los patos más abundantes en España como reproductor ya que en los mejores años llega a alcanzar las 4.000 parejas, mantiene una distribución limitada a muy pocas localidades, similares a las que utiliza en invernada, y con tendencia a la baja. Estas circunstancias y el progresivo deterioro de buena parte de sus reductos principales, como las lagunas manchegas, sitúan al pato colorado en esta categoría de amenaza.

Su área de distribución es fundamentalmente asiática, entre el Mar Negro y el noroeste de China, contemplándose, a su vez, poblaciones dispersas en Europa occidental, principalmente España y sur de Francia.

En nuestro país cría sobre todo en las marismas del Guadalquivir, lagunas de La Mancha, Albufera de Valencia, lagunas litorales de Alicante y delta del Ebro. Ocasionalmente en Aragón, La Rioja, Murcia, Extremadura, Madrid, Navarra y Baleares.

 Biología del Pato colorado


El origen del pato colorado es muy probablemente asiático. A partir de mediados del siglo XIX expandieron su área de distribución hacia el oeste, ocupando la cuenca mediterránea, primero, y algunas localidades de Europa occidental, después. Sus preferencias ecológicas, pues, parecen responder a ciertas características de aquel continente: humedales extensos y abiertos de interior con densa vegetación palustre en los márgenes, aunque tampoco desdeñan zonas húmedas litorales, como deltas y marismas. En este tipo de entornos encuentra su principal alimento, la vegetación: sumergida, que atrapa hundiendo la parte anterior del cuerpo o sumergiéndose por completo. Ocasionalmente puede capturar insectos u otra materia de origen animal.

El nido se sitúa zonas inundadas (Doñana) o en el interior de carrizales (delta del Ebro), pero siempre cerca de la masa de agua principal. No es infrecuente que parasite puestas ajenas, poniendo los huevos en otros nidos y dejando a otras hembras al cuidado de la incubación y crianza.
Las aves españolas son sedentarias y, tras la cría, se agrupan y desplazan a amplios humedales para mudar á plumaje. Estás agrupaciones fueron notablemente grandes hasta los años 80 cuando se producían en las lagunas de Gallocanta y el embalse del Ebro,

Así se mueve el Pato colorado


Las poblaciones del Mediterráneo son sedentarias y reciben, además, muchos invernantes de las áreas de cría próximas. Oriente Medio, el sudeste asiático, la India y el suroeste de la antigua URSS son también zonas de invernada.

La población invernante española procede de Europa y se distribuye por el litoral de Levante, Andalucía, La Mancha y Extremadura. Han desaparecido las grandes concentraciones que se produjeron en lagunas de Aragón en los años70.

Amenazas del Pato colorado


Los problemas del colorado parten de la pérdida o degradación del hábitat palustre donde cría e inverna, y de interferencias humanas como la caza excesiva y las actividades recreativas.
Los humedales continúan sufriendo una importante pérdida de calidad, cuando no directamente la desecación, a causa de factores como la sobreexplotación de acuíferos para surtir loa regadíos próximos. La vegetación de los márgenes también se puede ver afectada por el sobre pastoreo o la quema intencionada, lo que elimina zonas de nidificación y facilita el acceso de depredadores a las puestas. Tampoco es infrecuente la contaminación o la eutrofización del agua por la agricultura intensiva y los vertidos de fertilizantes y plaguicidas en las lagunas. La eutrofización produce un aumento de la densidad de algas y plancton y, por tanto, de la turbidez del agua, lo que conduce a la muerte de las plantas sumergidas, principal alimento de este pato, al no recibir suficiente luz. La escasez de oxígeno en las aguas estancadas puede finalmente conducir a la proliferación de toxinas botulínicas.

Otro factor a tener en cuenta es el efecto del cambio climático, que parece notarse cada vez más en el aumento del nivel medio del mar, lo que ha provocado la pérdida de algunos hábitat óptimos en Europa, y en las prolongadas sequías y altas temperaturas que, además de secar posibles zonas de cría, contribuyen a la proliferación de algas y la eutrofización antes comentada.
La presión cinegética, final-mente, es excesivamente alta en algunas comunidades como la valenciana, donde no se aplican cupos máximos ni existen planes desaprovechamiento para esta especie, y todavía se sigue usando munición tóxica de plomo.

Cualquier Plan de Conservación de la especie debe incluir una correcta gestión de los humedales y un mayor control de las actividades cinegéticas, incluyendo, si fuera preciso, moratorias de la caza del colorado.

¿Cuantos Pato colorados quedan en la actualidad?


La población europea no supera las 27.000 parejas, la mayor parte de las cuales cría en Rumania, Rusia europea, Turquía y España.

En nuestro país la cifra se encuentra en torno a las 4.000 parejas, si bien vaha mucho dependiendo de los niveles de agua. Los censos de Invernantes contemplan alrededor de 15.000 ejemplares, con una tendencia negativa probablemente atribuible a un descenso similar en las poblaciones europeas de origen.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Tiburón cañabota Hexanchus griseus



Características: cuerpo alargado y delgado con cabeza ancha y hocico corto y romo. Ojos grandes y ovales, sin membrana nictitante. 6 hendiduras branquiales situadas lateralmente por delante de las aletas pectorales, reduciéndose su longitud de delante hacia atrás. Espiráculo redondo. Boca ancha y situada en posición inferior. 

Dentadura: en el mandíbula superior dientes triangulares, en la inferior pectiniformes como pequeños dientes de sierra. 1 aleta dorsal situada muy atrás; se inicia sobre el espacio intersticial entre las aletas ventrales y la aleta anal. Radios posteriores de las aletas ventrales de los machos transformados en órganos prensores y órganos copuladores estiliformes, protegidos por un esqueleto cartilaginoso, presentan un canal a través del cual el esperma es conducido a la cloaca de la hembra durante la copulación (fecundación interna en todos los tiburones y rayas). Eje de la cola corto. Lóbulos superiores de la aleta caudal muy abultados, con una incisión en el borde posterior. No hay vejiga natatoria, como en todos los tiburones y rayas. Color, muy diferente, en la mayoría de marrón café a marrón chocolate, raramente gris oscuro, en la zona ventral más claro; la línea lateral se distingue claramente en forma de banda clara. Longitud: Max 5 m, tamaño de las hembras superior al de los machos. 

Distribución: en todos los mares tropicales y templados. Atlántico Oriental y Occidental, canal de la Mancha, en verano a veces también en el mar del Norte; Mediterráneo. Normalmente a 200-1.000 m (Max 2.000 m) de profundidad; en la zona de distribución septentrional también aparecen en ocasiones junto a la superficie o en aguas poco profundas (hasta 70 m).

Modo de vida: cañabotas solitarias; durante el día permanecen en el fondo y por la noche se dedican a la captura. La madurez sexual se alcanza con una longitud de unos 2,10 m. Vivíparas (ovovivíparas); las crías suelen nacer con una longitud de 40-60 cm (se contaron 108 embriones en el oviducto de una hembra de 4,80 m de longitud). 

Alimentación: especialmente peces, eventualmente también crustáceos.

sábado, 12 de marzo de 2016

Los animales






El tigreSólo los animales tienen capacidades anímicas y problemas psíquicos. Por eso nos resultan tan interesantes. De los animales, y sólo de ellos, se puede estudiar la psicología. En las últimas décadas los psicólogos han definido la psicología como la ciencia de la conducta, y sólo los animales tienen conducta, se comportan, actúan. Quizá por ello en la Universidad de Oxford se trasladó el Departamento de Psicología a la Facultad de Zoología. La concepción más antigua según la cual la psicología (en griego, psykhé) es la ciencia del alma también nos remite a los animales. La noción de animal implícita en el lenguaje ordinario y en la etimología de la palabra es muy sencilla: animal es el que tiene ánima, es decir, alma. En efecto, la palabra castellana animal deriva de la latina ánima, que significa alma. Lo primero que implica la idea de alma o ánima es la vida. Por eso a los seres sin vida los llamamos inanimados. Lo segundo que implica es la posesión de sensaciones y sentimientos, deseos y emociones. Finalmente, asociamos el alma con una cierta subjetividad, con la capacidad de reflejar el mundo desde dentro. Todas estas características se dan en los animales y (juntas) sólo en ellos. Sin embargo, y en contra de lo sostenido por ciertas doctrinas religiosas y filosofías idealistas, el alma no es ningún fantasma caído del cielo y encerrado en el cuerpo. El alma es el resultado de la actividad del sistema nervioso. Así como la digestión es la función del aparato digestivo, las funciones anímicas son (algunas de) las funciones del sistema nervioso.
La neurona
Durante las últimas etapas del Precámbrico se desarrollaron diversas formas de vida multicelular,
el leopardo
pero sin neuronas ni músculos, y por ello pasivas y como inertes, al menos en comparación con la activa vida animal que apareció en la explosión evolutiva del Cámbrico.
Para moverse, los animales necesitan músculos. El tejido muscular es básicamente común a todos los animales. Los músculos incluso precedieron a los esqueletos y a los nervios, pues ya los tenían algunos organismos ediacarenses. La coordinación de los movimientos requiere la transmisión de mensajes. Todos los animales (excepto las esponjas) poseen un tipo particular de células, las neuronas, especialmente adaptadas a la transmisión de mensajes, que permiten coordinar la locomoción muscular, la digestión compleja y otros aspectos de la vida y conducta animal. En el desarrollo embrionario, las neuronas se forman a partir del ectodermo. No hay neuronas en los precarios, ni en los protistos, los hongos o las plantas. Las neuronas son una exclusiva de los animales.

La neurona consta de cuerpo celular y filamentos. El cuerpo celular es semejante al de las demás células, una bolsa de membrana celular que contiene en su interior el núcleo celular y el citoplasma. El núcleo, rodeado de su membrana nuclear, guarda los cromosomas, es decir, el DNA propio de la neurona. El citoplasma contiene los orgánulos habituales de la célula eucariota, como las mitocondrias y los ribosomas, todo ello encerrado en una membrana celular de la que salen largas protuberancias filamentosas o filamentos. Los filamentos de las neuronas (sobre todo los axones) pueden alcanzar enormes longitudes, de hasta un metro en los humanes, de hasta diez metros en las ballenas.
La neurona es un sistema receptor-transmisor. Su única función consiste en recibir y emitir señales.

La parte receptora de la neurona está constituida por una maraña arboriforme de filamentos llamados dendritas (del griego dendros, árbol). La parte emisora está formada por un largo filamento, el axón, que al final se ramifica más o menos. El axón está generalmente envuelto y protegido en una funda de mielina, lo que incrementa la velocidad de transmisión de la señal. La neurona es como un relé orientado en la dirección dendritas-axón. Si una o varias dendritas son disturbadas o excitadas, la neurona dispara o lanza un impulso nervioso por el axón.
El impulso nervioso es un proceso electroquímico gobernado por la membrana. La membrana mantiene fuera a los iones positivos de sodio y mantiene dentro a los iones negativos de potasio y otros, con lo cual se crea una diferencia de potencial entre el interior (negativo) y el exterior (positivo). Cuando la neurona se dispara, la membrana cambia su porosidad, permite la entrada de iones positivos y cambia su carga eléctrica interior de negativa a positiva en un punto (donde están los iones positivos) que va avanzando a través de toda la extensión del axón. Este viaje del potencial eléctrico de acción a lo largo del axón constituye el impulso nervioso. Al llegar ese impulso a las terminaciones (o sinapsis) del axón se secretan ciertas moléculas, llamadas neurotransmisores. Estos neurotransmisores, a su vez, provocan en las células adyacentes provistas de los receptores adecuados la reacción pertinente: la contracción (en una célula muscular), la secreción (en una célula glandular) y la excitación o inhibición (en otra neurona).

Probablemente las primeras neuronas conectarían directamente células de la piel con células musculares, de tal modo que cualquier perturbación de la piel provocase una contracción muscular, lo que permitiría al organismo huir o atacar al objeto perturbador. Con el tiempo, unas neuronas empezaron a conectarse con otras, creando redes neuronales que permitirían distribuir la información y coordinar la respuesta. Muchas medusas poseen un cordel circular de neuronas que, entre otras cosas, permite al animal coordinar sus contracciones y auto propulsarse. Las neuronas fueron especializándose como neuronas sensoriales (que transmiten impulsos de la piel a otras neuronas)! neuronas motoras (que los transmiten de neuronas a músculos) y neuronas intermedias, que conectan neuronas con neuronas. A su vez, las neuronas sensoriales, por ejemplo, se diversificaron en células especializadas sensibles a diversas señales físicas y químicas (a la luz, la temperatura, la presión, el estiramiento, el sonido, el calor, el frío, la electricidad, la destrucción cutánea, así como a una gran variedad de moléculas).
El sistema nervioso

Las plantas y los hongos carecen de conducta y, por tanto, no necesitan sistema nervioso. Su pasivo modo de vida consiste en esperar a que la energía y los nutrientes que necesitan les lleguen a donde ellos están. Lo mismo ocurre con los animales más primitivos, las esponjas (Porífera), ancladas en el suelo marino, esperando tranquilamente que las corrientes de agua les aporten los nutrientes que necesitan. Por eso las esponjas carecen de sistema nervioso y de ánima, y por tanto no son animales en sentido pleno, sino sólo a medias (Parazoa), aunque su generación a partir de blástulas nos obliga a incluirlos en el reino animal. Los primeros animales con movimientos propios fueron los cnidarios (Cnidaria), sobre todo en su estadio o forma de medusas, persiguiendo activamente a sus presas a través del agua del mar. Por eso los cnidarios fueron los primeros en especializar algunas de sus células en la transmisión de señales, es decir, como neuronas, que les permiten coordinar sus movimientos en función de los estímulos que reciben de su entorno. Estas primitivas líneas telefónicas neurales forman redes sencillas, pero todavía carecen de centralitas. Además, sus neuronas están completamente desnudas, mientras que en los demás animales siempre están más o menos envueltas en capas de mielina u otros aislantes.

En la posterior evolución del sistema nervioso en los animales bilaterales, los cuerpos celulares de las neuronas se fueron uniendo, formando ganglios, y sus extensiones filamentosas (sensoriales y motoras) se unieron formando cuerdas nerviosas o nervios. Los ganglios neurales son como centralitas telefónicas que reciben señales, las analizan y las reenvían a los destinatarios adecuados. Un sistema nervioso basado en ganglios y fibras nerviosas controla el funcionamiento interno de todos los bilaterales. En nuestro caso se trata del sistema nervioso autónomo. En muchos animales «inferiores» los ganglios controlan la totalidad de su conducta, basada en respuestas reflejas automáticas a estímulos previstos.
En los gusanos segmentados (Annelida) cada segmento posee en su parte inferior un par de ganglios conectados a la piel y a los músculos por nervios sensoriales y motores. Esos ganglios coordinan el movimiento del par de pies de ése segmento. Cuerdas nerviosas ventrales ligan unos ganglios con otros (en forma de escalera de mano) y permiten la coordinación de la actividad de los diversos segmentos. En el segmento anterior, las cuerdas nerviosas se elevan por encima de la boca, conectándose a los órganos sensoriales allí situados en un gran ganglio que iría transformándose en un pequeño cerebro. Este tipo de sistema nervioso ha sido heredado por la mayoría de los animales, incluidos los numerosísimos artrópodos. En la línea evolutiva de los cordados, el cordón nervioso y los ganglios pasaron de su posición ventral a otra dorsal, dando finalmente lugar a la médula espinal de los cranianos.

La multiplicación de las neuronas intermedias condujo al predominio de la comunicación indirecta (mediada por múltiples neuronas) entre la piel y los músculos, entre la percepción y la acción. Las dendritas y las terminaciones de los axones se ramificaron más y más, de tal manera que cada neurona quedaba conectada con miles de otras neuronas, de las que podía recibir impulsos o a las que podía excitar, Además, en cada una de esas conexiones o sinapsis se podían establecer diversos tipos de comunicación, dependiendo de los neurotransmisores emitidos y los receptores disponibles. Así se abría un número enorme de posibilidades combinatorias.

Aunque todas las células reaccionan de alguna manera a los cambios físicos o químicos en su entorno sólo los animales han desarrollado una red de células especializadas que permite la intercomunicación rápida y precisa de unos grupos de Células con otros. Esta red permite al animal almacenar información sobre su estado interno y sobre su entorno y procesarla antes de reaccionar! Además, confiere al animal cierta libertad de decisión, sobre si responder al estímulo o ignorarlo, sobre si responder de un modo o de otro. También le permite almacenar y evaluar la información sobre las consecuencias de sus decisiones previas, de tal modo que pueda tenerlas en cuenta cuando circunstancias similares se presenten en el futuro. Esta gran red de intercomunicación que es el sistema nervioso asume en sus diversos subsistemas todo tipo de funciones relacionadas con la información: los sistemas sensoriales adquieren información del entorno externo e interno del animal; los sistemas de integración evalúan la información en función de la experiencia pasada y toman las decisiones pertinentes; los sistemas motores convierten las decisiones en órdenes y programas de acción para los músculos y las glándulas; los sistemas de coordinación coordinan las órdenes motoras de tal modo que los movimientos se realicen de un modo suave, continuo y adaptado a las circunstancias.

 El cerebro

 Con la polarización boca-ano de los animales bilaterales, la parte frontal (es decir, la de la boca) fue adquiriendo más y más neuronas sensoriales, pues era la zona clave para detectar peligros u oportunidades. Así la formación de la boca condujo a la de la cabeza, y ésta a la de la acumulación de ganglios que condujo al cerebro.

La mayor acumulación de neuronas se da en el cerebro de los craniados, una maravilla de la informática natural convenientemente guardada en esa caja fuerte ósea que es el cráneo. El cerebro de todos los craniados tiene una estructura muy parecida, dividida en las mismas partes. La primera, empezando por atrás (en nuestro caso, por debajo), es el rombencéfalo, que es una continuación de la médula espinal e incluye el bulbo raquídeo y el puente, así como, detrás de ellos, el cerebelo (encargado del equilibrio y la coordinación de los movimientos). La segunda parte es el mesencéfalo, responsable de la visión en los craniados más primitivos, aunque en los mamíferos esa función ha pasado al telencéfalo. Bulbo raquídeo, puente y mesencéfalo forman el llamado tronco cerebral, la parte más antigua del cerebro, que regula las funciones más básicas del organismo. Por el interior del tronco se extiende la formación reticular, que contiene los núcleos de las células nerviosas relacionadas con el control del corazón, de los pulmones y del aparato digestivo.
El diencéfalo o cerebro intermedio es una complicada e intrincada zona escondida en el centro del cerebro de los craniados, que incluye el tálamo, el hipotálamo, la glándula pituitaria y el sistema límbico. El hipotálamo está directamente conectado a la glándula pituitaria, que a su vez dirige el sistema endocrino, secretando hormonas que transmiten las órdenes del cerebro a las otras glándulas del animal. El diencéfalo es responsable de tareas tan diversas como el control endocrino, la regulación de la temperatura, los relojes biológicos, el comportamiento sexual y la reproducción. El diencéfalo es también la sede de la vida emotiva de los craniados. En este área se producen emociones como el miedo, el estrés, la impaciencia, la agresividad, el hambre, el dolor, el aburrimiento, el placer, la ternura o el cariño, mediadas por ciertos neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina. Todas estas estructuras cerebrales, todos esos neurotransmisores y el sistema endocrino son básicamente comunes a todos los craniados, por lo que en todos ellos pueden darse tales emociones.

La región más anterior (en nuestro caso, superior) del cerebro es el telencéfalo, cuya parte más prominente en los craniados que se orientan por el olfato es el gran bulbo olfatorio, que, sin embargo, está muy reducido en las aves y en aquellos mamíferos (como nosotros) en los que el olfato es poco importante. Relacionados con el procesamiento de la información que llega al bulbo olfatorio están los hemisferios cerebrales, que en el caso de los mamíferos y sobre todo en el nuestro se han ido ampliando hasta ocupar la mayor parte del telencéfalo. La corteza cerebral, que recubre esos hemisferios, ha ido asumiendo funciones generales de coordinación de toda la información sensorial y de toda la conducta del animal. En el caso humano, la corteza de estos hemisferios alberga también los centros del lenguaje, como el área de Broca o la de Wemicke. La principal función del sistema nervioso y del cerebro consiste en recoger información del entorno externo y del medio interno del animal, y procesarla de tal manera que resulten respuestas motoras adecuadas y, en general, conductas apropiadas. En el curso de la evolución de los craniados fueron adquiriendo importancia creciente las estructuras asociativas, sobre todo la corteza cerebral. Esa tendencia se observa, por ejemplo, en la evolución de los mamíferos. El peso de la corteza en proporción al peso del organismo es sesenta veces mayor en los chimpancés que en los mamíferos más primitivos (y en el humán, tres veces mayor que en el chimpancé).



La enorme cantidad de neuronas del cerebro de los craniados, su intrincadísima y en gran parte aún
La pantera
desconocida microestructura, la multiplicidad insondable de sus conexiones sinápticas y la pluralidad de los neurotransmisores dan lugar a un juego combinatorio con potencialidades de complejidad casi ilimitada. El cerebro humano, por ejemplo, posee unas 10n (es decir, unos cien mil millones) de neuronas, cada una de las cuales puede establecer unas 10.000 conexiones, en las que se pueden transmitir como señales más de 50 tipos distintos de neurotransmisores. No es de extrañar que sus posibilidades de codificación y proceso de la información sean inabarcables.
Personalidad

En algunos animales sencillos, la estructura del sistema nervioso está completamente determinada por el genoma incluso en sus detalles más nimios. Así, el nematodo Caenorhabditis elegans contiene exactamente 302 neuronas, y la posición de cada una de ellas está indicada genéticamente. En animales más complicados, la complejidad del sistema nervioso y en especial del cerebro es tan grande, que el genoma carece de suficiente capacidad de almacenamiento de información como para codificarla en todos sus detalles.
El genoma sólo indica las líneas generales del desarrollo y son las propias neuronas las que, durante su desarrollo, acaban encontrando su sido y estableciendo sus conexiones en un proceso que mezcla la determinación genética de la estructura básica con una gran dosis de aleatoriedad y de ensayo y error en los detalles. Durante su desarrollo, las neuronas lanzan sus filamentos en todas las direcciones, y luego la mayoría son destruidas por apoptosis (muerte celular programada). Sólo sobreviven las que encuentran conexiones adecuadas con otras células. En definitiva, entre animales complicados, no hay dos que tengan el sistema nervioso idéntico al nacer. Además, durante el resto de la vida del animal, el cerebro conserva cierta plasticidad, y sus experiencias influyen en su conformación. Por ejemplo, cada vez que los animales aprendemos algo, nuestro cerebro cambia. Estas diferencias son la base de la personalidad.

Cada animal individual de sistema nervioso complejo tiene su propia personalidad única e irrepetible. Sus neuronas maduras ya no se mueven ni se reproducen; son la base permanente de su personalidad. Cuando convivimos suficiente tiempo con un animal superior (con un perro o un caballo, por ejemplo, o con un orangután o un humán), acabamos conociendo su personalidad, sus habilidades y flaquezas, sus querencias y aversiones, su temperamento y sus intereses, las cicatrices que la experiencia de la vida ha ido dejando en su carácter. El alma de cada animal es una combinación inédita de neuronas, un punto de vista único sobre la realidad, una lámpara que brilla con luz propia y distinta en la árida oscuridad del universo mineral.